viernes, 5 de diciembre de 2008

Confianza a los alumnos



En un blog de internet relacionado con el mundo de la educación, pude leer la opinión de una persona cercana a la docencia y su razonamiento que induce, al menos, a pensar que algo falla o se encuentra incompleto.

Entiendo que dicha persona podría ser un alumno como yo y con un criterio totalmente distinto con el cual no comparto ciertos aspectos. En su comentario, lo que se puede entender al leerlo es que “las respuestas de los alumnos y sus opiniones, sean las que sean son válidas con la finalidad de que al menos el alumno emitan opinión”.

Este razonamiento parece lógico y muy cierto, pero según y como se produzcan dichos comentarios y las formas que adopte el alumno en su participación. Que esto ocurra en una clase complementaria de formación, donde se hable en tono coloquial y lo buscado sea la participación e integración del grupo parece adecuado, pero extenderlo al contenido de clases de peso como la de Lengua Castellana, Matemáticas, Conocimientos del Medio o cualquier otra asignatura que requiera rigor y concreción, cuanto menos, lo que produce es una deformación de la realidad y un flaco favor al alumno.

Por supuesto todo requiere un análisis más profundo y no precisamente por este humilde estudiante de pedagogía, aun así creo que un alumno emita un comentario y participe en clase es positivo, pero la participación con una falta de rigor, requiere la corrección en el acto por parte del docente. Esa corrección debe ser por supuesto exquisita y de la forma más conveniente y adecuada, sin malos modos o ridiculizaciones, deben tener una finalidad pedagógica positiva y no deben impedir la expresión libre de la clase, creo que la corrección debe dulcificar el fallo del alumno de una forma agradable y que le invite nuevamente a volver a expresarse.

Hay que hacerlo y tenemos que dejar que se expresen pero de la forma más adecuada.

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