miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA COMPETITIVIDAD


La construcción de una comunidad en sí tiene varias dificultades, la primera la propia relación entre las personas y por supuesto, que estas relaciones sean de cooperación, confianza y solidaridad. Aparentemente en los centros educativos se dan estas condiciones, porque tanto las personas van a coincidir en un espacio reducido donde necesariamente deberán relacionarse y el clima en el que se va a hacer se considera positivo.

Actualmente en cualquier sociedad lo que se practica y estimula son las relaciones de competitividad, que poco tiene que ver con la solidaridad y la unión entre personas, aparentemente se produce aislamiento y división.

Para pensar en positivo se necesita estimular la comunidad contemporánea y las relaciones de comunidad con un elemento que las distinga del resto de comunidades, una característica fundamental que la haga especial y no es otra que el “estado de ánimo”, o sea, la disposición o intención de hacer algo por parte de la persona, y que esto sea positivo. Si por el contrario la disposición previa o el estado de ánimo de los componentes de la comunidad rozan el abatimiento o tiene tintes de ser excesivamente competitivos, se caminará hacia un “destino fatal” que no es otra cosa que una situación común de aceptación resignada. Como si no pudieran controlar su futuro.

Como cualidad inherente al ser humano, el hombre necesita “hacer mundo con los otros que lo rodean”. Esto define la “comunidad de aprendizaje”.

Si los centros educativos son precisamente una comunidad de aprendizaje, entre todos deberemos incentivar los aspectos positivos y despreciar aquellos otros contrarios al espíritu de cooperación y solidaridad. Por tanto la competitividad parece ser una cualidad a erradicar para conseguir una mejora a corto y largo plazo.

2 comentarios:

inma robles dijo...

Entiendo que la competitividad como tú la describes, es totalmente perniciosa, por no decir "muerte docente".
Por otro lado, se hace necesaria una competitividad sana, donde los profesionales entiendan su deber como un continuo aprendizaje, como una evaluación de competencias y como una renovación continua de su actuación. Estoy hablando del reciclaje docente, de la supresión de las clases magistrales (que para nuestro pesar, aún las encontramos en nuestras aulas), de la interacción docente-discente, de la educación bilateral y del compromiso de toda la comunidad educativa, entendida ésta como la responsable última de la formación global del estudiante. Competitividad entendida como "Yo sé más que tú": abolida. Competitividad como "Enséñame como mejorar":aplaudida.
Enhorabuena por tu blog.
Un abrazo.

Antonio dijo...

Gracias